
Un dormitorio de color azul donde vemos una gran lámpara de araña junto a la cama, para darle un toque elegante; y una zona modernista con marcos de cuadros dejando que sea el color azul el que sirva de imagen en ellos. La cama combina colores blancos y azules para destacar el elemento principal.
Una pared principal con rayas horizontales siempre es una buena opción si lo que queremos es dar una sensación de espacio a toda nuestra decoración general. El color azul sobre el blanco en la cama da un toque de elegancia al elemento principal, dando una luz natural a todo el ambiente.
Un original adorno con forma de antorchas en escayola corona un dormitorio en tonos azules blancos y grises, dejando que en un tono oscuro, el azul, se apodere de las paredes, el blanco en la cama y el gris a rayas en la alfombra.
El azul, en un tono fuerte, puede evocarnos un ambiente marino, dando un aire fresco a la decoración. En la imagen vemos que la alfonbra recuerda en sus formas horizontales a rayas, un ambiente casi italiano, como en Venecia. La cama en un blanco puro con toques azules, se desmarca como elemento principal combinando azules en sus cojines, dotando así de originalidad al conjunto.
Un original dormitorio matrimonial donde una cama y un sofá comparten la decoración, junto con un cojín dorado que separa ambas zonas. Un tono azul oscuro en paredes y muebles junto con un suelo gris claro.
El azul puede emplearse en muchas formas y tonalidades, como por ejemplo con un toque grisaceo para las paredes, combinándolo con el blanco y el gris puro para la cama. Ello dotará de importancia a la cama como elemento principal y aportará colores no muy fuertes para la vista general.
Fotos: Freshouse